Arquitectura

Oslo: Capital Verde europea y referente en la arquitectura contemporánea

Por 3 mayo, 2018 Sin Comentarios

En 2019 Oslo será Capital Verde Europea por sus políticas ambientales que redujeron las emisiones de carbono de la ciudad, mediante la regulación del tráfico y el uso de energías renovables, entre otros proyectos. Su desarrollo económico, junto con el aumento poblacional, ha desencadenado una planificación urbanística a gran escala que se impulsa en concordancia con sus políticas ecológicas.

Por su emplazamiento, la capital noruega se encuentra en constante relación con la naturaleza, rodeada de bosques, parques, lagos y sus famosos fiordos, que crean un paisaje singular, en el que la arquitectura se integra como un elemento más del paisaje y se conforma como uno de los puntos de referencia en todo el mundo.

Ecología urbana

A partir de la implementación de regulaciones estrictas, Oslo plantea una planificación urbanística que tiene en cuenta tanto la arquitectura como la ecología en el crecimiento de la ciudad. Se plantea una arquitectura al servicio del usuario, con usos múltiples, inclusión de parques públicos y que respete el entorno en el que se ubique, tanto sea un paisaje natural como otras edificaciones.

Las regulaciones noruegas sobre salud ocupacional establecen la necesidad de acceso de luz solar y ventilación natural en todas las construcciones teniendo en cuenta las particulares inclemencias climáticas del país. Para contribuir a la reducción de la contaminación urbana, se proyectó una restricción del tráfico en ciertas áreas de la ciudad, junto con una mejora en la red de transporte público y la inclusión de autos eléctricos. Estos cambios transforman el paisaje urbanístico de Oslo, dando más lugar para los peatones y promoviendo la creación de áreas verdes dentro de la arquitectura en el centro de la ciudad.

Arquitectura de vanguardia

Desde la inauguración de la Ópera de Oslo en el año 2008, obra del conocido estudio Snøhetta, la ciudad ha sido escenario de una experimentación arquitectónica muy singular. Esta edificación en particular se destaca, no por su morfología, sino por una arquitectura orientada al usuario, otorgándole espacios públicos, variedad de usos y transformando el espacio en un mirador hacia la naturaleza circundante.
Dentro de la planificación urbanística de la ciudad, se propuso el proyecto Barcode en el que se planificó la construcción de 12 edificios de gran altura para distintos propósitos, que renuevan el paisaje de la ciudad. Las edificaciones fueron dispuestas de forma tal que quedara un espacio entre ellos, para no bloquear las visuales hacia el fiordo y facilitar el acceso de la luz y el aire. Este conjunto de edificaciones presenta los diferentes estilos arquitectónicos europeos, así como también representa a Oslo como una ciudad cada vez más diversificada y cosmopolita.
La capital alberga una colección de edificios imponentes, diseñados por arquitectos de renombre mundial. Entre los más destacados se encuentran el Museo Astrup Fearnley, de Renzo Piano, inaugurado en el 2012 y las oficinas de Statoil del estudio A-lab. Esta construcción se destaca por su sostenibilidad y el uso múltiple que presenta su planta.
Otra atracción constructiva es el puente peatonal Akrobaten, que forma parte del proyecto Barcode por las vistas que ofrece hacia esos edificios, un puente de 206 metros de longitud que une la ciudad.

Nuevos proyectos

Las nuevas propuestas de arquitectura que se plantea la ciudad son tan ambiciosas como necesarias para el crecimiento de Oslo. Uno de los proyectos más amplio es la recuperación de la zona de Bjørvika y la renovación de la costa del fiordo de Oslo, que abarca un kilometro en el que se localizaba una zona portuaria. La puesta en valor de esta zona desencadena otros proyectos que dan paso a a la cultura y el crecimiento intelectual de la ciudad.

Uno de los proyectos arquitectónicos más importantes es el nuevo Museo Munch, para exponer todas las obras del reconocido artista, que estará listo para el año 2020. Su diseño fue elegido en un concurso que ganó el arquitecto español Juan Herreros, con su proyecto “Lambda”. La proyección del edificio, marca un recorrido ascendente e inclinado para el que se ha elegido una fachada de materiales reflectantes con diferentes intensidades de transparencia para conseguir un cambio en su percepción a medida que cambia el clima y la incidencia de la luz.
Otro museo que se instalará en la zona es el Museo Nacional, que integrará las colecciones de otros museos en un único espacio. Fue diseñado por el estudio Kleihues + Schuwerk Gessellschaft y su arquitectura se emplaza respetuosamente con sus alrededores y en armonía con los monumentos que lo rodean.

Estas construcciones, ponen en relevancia la importancia que en la capital Noruega se otorga a la integración de la arquitectura, la vida urbana y la responsabilidad ambiental.

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