Este texto parte de una pregunta sencilla. ¿Cómo se está decorando en otros países? Siempre es buena idea mirar más allá de lo conocido para buscar ideas. Da igual el ámbito en el que nos movamos. El descubrimiento estimula y nos mueve a producir, a crear productos mejores gracias a ese nuevo conocimiento. Bajo estas líneas van una serie de tendencias internacionales, de países vecinos y lejanos, donde encontraremos esas ideas que iluminarán nuestros hogares:
Japón
El concepto de arte japonés Wabi-Sabi abraza la idea excéntrica de que la belleza puede ser imperfecta, como la flor de cerezo. El arte japonés de Wabi-Sabi – Wabi denota simplicidad; Sabi, la belleza del envejecimiento– celebra la autenticidad y las imperfecciones de las cosas en un mar de materiales pretenciosos. Así, este concepto de arte japonés se ha filtrado en el interiorismo moderno, sobre todo este año. Esta idea rechaza el diseño de hogares que parecen producidos en masa, cargados de tecnología o de naturaleza extravagante.
El interiorismo inspirado en el concepto Wabi-Sabi desafía las reglas que restringen la creatividad. Las únicas normas que importan tienen que ver con asumir que existe la imperfección, y que ésta es tan transitoria como auténtica. La colección de términos que encaja en esta corriente sería la siguiente: imperfección, asimetría, sencillez, ingenuidad, modestia y naturalidad. Y en la práctica ¿en qué se traduce esta amalgama de ideas? La idea es conseguir un diseño limpio, con texturas artesanales y que ponga en valor de objetos poco ornamentados.
Materiales como la madera o la piedra complementados con objetos antiguos e imperfectos, desgastados. Junto a un mobiliario que destaque por la austeridad y la comodidad. Si en la esquina del salón, sobre el suelo de madera, asoma una silla con tapiz deshilachado, no pasa nada. Es esa naturalidad en tonos claros lo que nos llevará a conseguir el cálido y sencillo estilo Wabi-Sabi.
Marruecos
En el extremo opuesto podemos encontrar el interiorismo procedente de Marruecos. Un país en el que los colores vivos son celebrados a través de cualquier expresión artística. Las casas marroquíes destacan por ese rico cromatismo en el que se imponen la calidez y el uso de ornamentos con bastante profusión. Venimos de un estilo austero y pasamos a otro, el marroquí. Este estilo se caracteriza por estar muy decorado, con muebles muy adornados y, en ocasiones, murales que recuerdan al mar con tonos que van del azul al verde.
Otro elemento característico de este país es el uso de alfombras. No en vano, las producidas en Marruecos tienen reputación mundial. Hoy en día no es del todo sencillo encontrar una alfombra auténtica marroquí. Pero se puede simular su efecto utilizando para el hogar una alfombra de buena calidad con dibujos geométricos y coloridos.
Para terminar de adecuar el hogar a los estándares de interiorismo marroquí, conviene incorporar tres elementos que combinarán a la perfección con los detalles mencionados antes. Estos son: los azulejos con mosaicos geométricos,; las luces tenues para iluminar estancias con el encanto de la intimidad; y los textiles y telas también ricos en colores y elementos geométricos.
México
De nuevo, una cultura que celebra los materiales naturales en el diseño de interiores. El interiorismo mexicano emplea maderas terrosas que, combinadas con elementos como el vidrio o el acero, proporcionan calidez a las estancias. Otra característica típica de este país y que suele estar ligada a la austeridad cálida del hogar, es la baldosa de terracota. Este elemento, combinado con paredes blancas y plantas exuberantes, traen vida a la casa y contribuyen a generar un espacio de lo más acogedor.
Tal y como indica Jeffry Weisman, cofundador de la firma Fisher Weisman, en un reportaje de la revista Elle, “la comunidad mexicana de diseño se ha dado cuenta del valor único de la artesanía en su cultura y la ha aceptado después de décadas de buscar un nivel elevado de industrialización”. Es decir, en los últimos años, y ahora convertido en tendencia, el interiorismo mexicano recurre a su esencia para devolverle a los hogares el recuerdo de sus ancestros. Un recuerdo que está cargado de textiles, alfombras de piel de vaca y piezas talladas inspiradas en el universo azteca.
Italia
Otro país que ha vuelto a la artesanía es Italia. En este caso prevalece la calidad de los elementos utilizados para decorar. Según explican Roberto Peregalli y Laura Sartori, de Studio Peregalli, “la singularidad, los artículos personalizados y los detalles personales son un proceso creativo que no es posible en una producción industrial en serie y estandarizada”. Es decir, el interiorismo italiano moderno apuesta por piezas de diseño con cierta singularidad que aportan sofisticación y elegancia a los hogares.
Otra característica que empieza a destacar en el interiorismo manufacturado en el país transalpino es la utilización de tonos grises en la cocina. Paréntesis, por tanto, para el omnipresente blanco que decoraba todas las cocinas italianas. Una oportunidad para introducir elementos más oscuros como el mármol gris o el cuarzo negro. Asimismo, los efectos de resina también empiezan a popularizarse en las estancias dedicadas a la gastronomía.
Por último, cabe señalar que en la última edición de la Semana del Diseño de Milán hubo una especial atención hacia el llamado “estilo de vida”. Tal y como explica el diseñador Matteo Nunziati, “el estilo de vida pretende ser un interior totalmente coordinado en el que cada aspecto suma para crear emociones como la belleza o la sensación de bienestar”. Aquí, además de los materiales, destaca el uso de espejos, piezas artísticas, juegos de luces e incluso perfumes. Un cúmulo de elementos sensoriales dispuestos al servicio del conjunto.